Vivimos en una era en la que todo se comparte: emociones, rutinas, logros… y también lágrimas, enfados y rupturas.Las redes sociales se han convertido en una ventana abierta a nuestras vidas, y en esa exposición constante, el drama ha encontrado su terreno más fértil. Basta con mirar las tendencias: vídeos de desahogos emocionales, rupturas públicas o conflictos personales que en